Que es una mente abierta
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Qué es una mente abierta
Todos aprendemos a leer, escribir y hablar en la escuela, pero no existe una formación académica para aprender a escuchar. Todos hemos oído hablar de la escucha activa, "no es oír, es escuchar", pero no es solo eso, es un proceso mucho más complejo. La escucha activa es una capacidad, y como tal, algunos nacen con ella y otros la pueden desarrollar. Requiere de un gran esfuerzo y, sobre todo, práctica, como cualquier otra habilidad.
Para comenzar, hay que modificar la forma de recibir la información que nos trasladan y para ello debemos abrir nuestra mente. Esto significa dejar de pensar en lo que vamos a decir, cómo lo vamos a decir y en qué momento. Consiste en abandonar nuestro diálogo interior para centrarnos en el mensaje que nos están transmitiendo.
Mientras "escuchamos", debemos utilizar un lenguaje positivo con palabras cortas, que le hagan percibir a la otra persona que estamos entendiendo, como "ya", "bien", "entiendo", "de acuerdo". Hay que dejar hablar a la persona sin interrumpir, ya que a veces solo necesita a alguien que la escuche. Evita dar consejos o realizar valoraciones. Aquí entra en juego el término "asertividad", que es una habilidad social que se trabaja desde el interior de la persona. Se define como la habilidad para ser claros, francos y directos, diciendo lo que se quiere decir sin herir los sentimientos de los demás ni menospreciar la valía de los otros.
Cómo veis, "escuchar activamente" requiere realizar un elevado esfuerzo mental y una gran inversión de energía, por lo que conviene ir practicando poco a poco para no terminar el día fatigados. 😉
Aquí os dejo una demostración de la escucha activa:
La escucha activa es una habilidad valiosa en todos los ámbitos de nuestra vida. Nos permite comprender mejor a los demás, fortalecer nuestras relaciones interpersonales y fomentar un ambiente de confianza y respeto. Además, nos ayuda a ampliar nuestra perspectiva, abrir nuestra mente a nuevas ideas y aprender de las experiencias de los demás.
En resumen, tener una mente abierta implica ser receptivos y dispuestos a escuchar activamente, sin juzgar ni interrumpir. Significa dejar de lado nuestro propio diálogo interno y centrarnos en comprender y valorar el mensaje que nos están transmitiendo. Es una habilidad que se puede desarrollar con práctica y que nos permite crecer personal y profesionalmente.
¡Así que pongamos en práctica la escucha activa y abramos nuestra mente para seguir aprendiendo y creciendo!
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